Fluir?! You gotta be kidding me…

Muchas veces me pregunté sobre el significado de “fluir”. Concepto post-moderno new-age, piedra angular de nuestra comunidad hierbas…
¿Dejar fluir? ¿En serio?
¿Tras toda esa educación del esfuerzo que nos inculcaron? ¿Competitividad, logro, lucha? !¿!¿Qué te pasa?!?! Ahora me vienes con que: «Noooo… la vida hay que aceptaaaaarla, todo ocurre, hay que dejar que la cosas FLU-YAN…»
Pues a mi me parece una broma de las buenas. Y me lo tomo como una cachetada, casi como un insulto.

Por lo tanto, debo admitir que las algunas veces que tiré la toalla, que solté la rienda, me fue bastante bien 😝
Quise profundizar la reflexión cuando un querido amigo me expuso lo siguiente:

«Yo siempre fui de forzar las cosas. Con ganas y compromiso, esfuerzo. De una agencia financiera chiquita en el fondo de Inglaterra me propulsé director de bancos desafiando el mundo y mis capacidades. Y lo logré. Soy inquieto. Decido y me impongo dónde me quiero encajar.
Así mismo decidí que era momento ahora para mi asentarme en una relación. Una pareja, una familia. Pero las cosas no van tan bien. Vuelvo a encontrar esquemas pasados, es como si ahí no logro cuadrar mi voluntad con el éxito.»

Ahora bien… Nos parece evidente que en el caso primero hizo bien en luchar, verdad. ¿Pero en el segundo no? ¡¿Porqué no?! ¿Hay que pelear? ¿O fluir? ¿Hay que dejar de luchar en contra de los elementos y escoger el camino de la facilidad? ¿O no? ¿Cuándo?

Bueno, creo que la clave está ahí:
Visceral…
Sí hay que seguir entusiasmarse por proyectos, alimentar su pasión, sus ganas, su amor para crear algo nuevo. Con todo el esfuerzo y el compromiso que conlleva - ahora sí: sólo si parte de un ímpetu pasional. El dolor y la sangre no sirven de nada si no provienen de una motivación, una ambición, un empuje visceral y casi de propósito, si no sientes que encarrilaste una misión.
Si el esfuerzo va junto con afán y ahínco, el impulso siempre lleva a grandes logros.
…¡pero atento!
Ahí confieso mi lado más hierbas…: en el fondo sé que la vida siempre nos quiere encauzar en el camino correcto y hay que darle voto de confianza. A veces pensamos que escogemos una opción acertada, pero puede que no lo sea para nosotros, en esta vida, ahora, que nuestro crecimiento esté en algo o algún lugar diferente. Y suele pasar que nos confundamos, entre deseos mentales (que llevan la impresión de nuestros valores y creencias sociales y familiares), y nuestro propósito más profundo.
¿Nos parece un camino idóneo? Si. Pero, ¿para quién?
Por suerte la vida nos tiene en la mira y no deja de avisarnos… Conviene estar atentos a estas señales indirectas, discretas (al principio) o vocingleras (si eres duro de oido 😁) que la vida te tira y que te van diciendo «¡Helloooo!, por ahí no tanto…».
Cuando en tu camino se te van cruzando varios índices (o varias veces los mismos) que se ensañan en dificultarte el viaje, pregúntate si este itinerario es lo mejor (para ti, ahora) y qué otra puerta tienes abierta para explorar algo diferente.

Franck Lopvet dice: «Querer tomar las riendas de su vida es la mejor manera de de que te explote en la cara». No quiere decir que hay que quedarse de brazos cruzados, pero hay que bailar con los elementos. Creo que ahí está la sutilidad: luchar por nuestros objetivos y nuestros logros: sí. Pero con diligencia, no contra viento y mareas, sin aferrarse de manera enfermiza. Con inteligencia, no con avidez, ni codicia. Saber estar atentos a los correctivos que nos sugiere la vida.
Surfear, fluir combinando la fuerza de la ola con la nuestra.
Pausar, respirar, dejarse llenar por la Big Picture, reencontrar su camino propio, con humildad 😊

P.D. Lo intrigante es considerar con Lopvet, que «los signos de la vida, los pones tú, y los interpretas tú»… Así que si en el fondo, ya lo sabes… ¿Porqué no mirarse un poco mejor el interior y confiar en nosotros mismos 😜 ?